«A ver si ahora me siguen ninguneando»: resistencia y rebelión desde Guamán Poma de Ayala


Adriana I. Churampi Ramírez


En el actual escenario del combate que América Latina, como el resto del mundo, libra contra la pandemia, los alumnos de la Facultad de Historia de la Universidad Mayor San Andrés de Bolivia presentaron una interesante iniciativa como contribución para reforzar las urgentes medidas de prevención contra la COVID-19. En un país multicultural nada más adecuado que las imágenes para alcanzar este objetivo. Lo que cabe destacar es que el estilo elegido -que nos remite a un artista que forma parte de la identidad histórica de la región- se revela ya desde el título de la imagen: “Hagamos historia y luchemos contra el coronavirus”.

“Hagamos historia y luchemos contra el corona virus”, los alumnos de la Facultad de Historia de la Universidad Mayor San Andrés de Bolivia.

Las quilcas (quillca es la palabra quechua y aymara usada para denominar a los pictogramas elaborados en rocas por los antiguos peruanos, el equivalente a las artes gráficas del antiguo Perú) de Guamán Poma se actualizan, y los artistas inspirados por el Pachakuti del siglo XXI recurren a una estrategia puesta ya en acción por un predecesor andino del siglo XVI cuando se enfrentaba a su propio fin del mundo.

CRÓNICAS DE INDIAS Y ANDINAS

Las primeras representaciones de temática indígena en el imaginario colonial de la zona andina se encuentran en los documentos de los viajeros occidentales, misioneros, administradores u otros manuscritos que aparecieron en los siglos siguientes a la llegada de Occidente al continente americano (siglos XVI-XVII). Muchos de los escritores de estas llamadas “Crónicas de Indias” son conocidos como la voz encargada de narrar al mundo la existencia de América: Cristóbal Colón, Pedro Cieza de León, Fernando González de Oviedo o Bartolomé de Las Casas, de los que aproximadamente doscientos cronistas han sobrevivido el paso del tiempo llegando hasta nosotros.

Poco sabemos, sin embargo, sobre los cronistas andinos: Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamque Salca Maihua (Relaciones de antigüedades de los incas), Tito Cusi Yupanqui (Relación de la conquista y hechos del inca) o Felipe Guamán Poma de Ayala (Nueva corónica y buen gobierno). Difícilmente alguno de estos nombres sonará conocido pese a que sus trabajos constituyen fuentes esenciales para completar la visión del mismo periodo histórico, la única diferencia es que fueron narrados desde la perspectiva indígena. Aquí nos centraremos en el trabajo del cronista indígena Guamán Poma de Ayala y su continuidad histórica.

Primera página del documento de
El primer nueva corónica y buen gobierno, de Felipe Guamán Poma de Ayala.
Imagen de la quilca 1105: Camina el autor acompañado por su hijo Francisco a dar cuenta a su Majestad. Y sale pobre, desnudo y camina en invierno.


HALCÓN Y PUMA: EL CRONISTA INDÍGENA LETRADO


Felipe Guamán Poma de Ayala nació en la región andina del Perú (Ayacucho), se presume entre 1535 y 1550, años después de la llegada de los españoles (1532). Su padre pertenecía al importante clan Yarovilca, que había sido recientemente derrotado por los incas. Su nombre revela la posición distinguida de su familia: guamán significa halcón, el rey de las aves mientras que poma es el puma, el rey de los animales, el más temido. Guamán Poma se adscribía a dos importantes herencias culturales: la inca por parte materna -su madre era la hija menor del décimo primer inca- y la yarovilca por línea paterna. Su segundo apellido, Ayala, era el de su medio hermano por parte de madre, un clérigo que enseñó a leer y escribir a toda la familia, un hecho importante en la educación de Felipe Guamán ya que le facilitó el acceso a lecturas religiosas e históricas y lo familiarizó con las crónicas de su tiempo.

Años más tarde, su dominio de lenguas indígenas le permitiría convertirse en intérprete del visitador Cristóbal de Albornoz. Acompañando a este «extirpator de idolatrías» en sus jornadas de inspección, Felipe Guamán recorrió el país aprovechando para leer cuanto documento de los archivos conventuales y bibliotecas cayera en sus manos. Aprendió también a dibujar y a desempeñar funciones como secretario y notario, familiarizándose así con la legislación colonial. Guamán se convirtió en un indígena educado, letrado, consciente de sus capacidades que luego puso al servicio de su comunidad. Una de las misiones en las que se embarcó fue la organización de una escuela de indígenas, que fue de inmediato considerada una fuente de rebeldía ya que enseñaba a leer y escribir habilitando así a los alumnos a entender documentos y luego redactar otros reclamando sus derechos. Estas actividades lo desacreditaron ante los ojos de las autoridades y tuvo que enfrentar acciones judiciales en su contra siendo incluso deportado (1600), se penaba así su atrevimiento al expresar criticismo, defender la causa de su pueblo y reclamar sus derechos. En 1615, Guamán Poma concluyó de redactar un manuscrito en el cual había plasmado su visión sobre la trascendencia de la llegada española al Perú y lo envió al rey de España. Este es el último evento conocido de sus actividades, no se volvió a saber más de él.


PRIMERA CORÓNICA Y BUEN GOBIERNO: LOS PERIPLOS DE UNA CRÓNICA EN IMÁGENES


El manuscrito titulado Primera corónica y buen gobierno cuenta con 1200 páginas, de las cuales 400 son ilustraciones. Se encuentra en la Biblioteca real de Copenhague. La suerte corrida por este documento es novelesca: su autor lo envía a España en 1615 y el manuscrito se extravía, reapareciendo en Copenhague en 1908. Aparentemente fue adquirido en una subasta (entre 1650 y 1653), junto con una pila de otros documentos, por el embajador danés en Madrid. En 1908 Richard Pietschmann reveló la validez del manuscrito. La crónica se encuentra redactada bajo las convenciones del español del siglo XVII con secciones en quechua y aymara. Las ilustraciones que acompañan al texto son las que lo hacen famoso.

Quilca 867: Reloj que han de tener los indios para ordenar sus días de trabajo y oración.

– Doze ora, la una descanse. / A de tener en todo el reino ora / Micuy pacha suc ora. [La ora de comer, una hora] / Suc yanocuy. [Una hora para cocinar]* / Samacuy, churi. [Descansa, hijo] / 7 oramanta ciruinqui 5 ora. [Desde las siete de la mañana servirás por cinco horas] / 12 oramanta 1 ora samanqui. [Desde las doce, descansarás por una hora] / 5 ora chici cama siruinqui. [Desde las cinco hasta la noche servirás] /

-/ Mikhuy pacha suk hora. / Suk yanukuy. / Samakuy, churi. / 7 horamanta servinki 5 hora. / 12 horamanta 5 hora samanki. / 5 hora ch’isi kama servinki, /

-*Huc yanuychica: Una hora es lo que se tarda un guisado en cozer. 


La especialista López Baralt considera que está dividido en dos partes: en la primera sección, de 14 capítulos, el autor lidia con la historia que incluye el período pre-inca, inca y la conquista. La segunda parte, de 32 capítulos, narra los abusos perpetrados por el régimen colonial y concluye con la propuesta del autor de reformas políticas destinadas a establecer un sistema justo de gobierno que garantice la autonomía de un Estado andino, independiente de España.

Quilca 449: Capitán Martín García de Loyola escorta al capturado Tupac Amaru Inca al Cuzco.
Quilca 453: La ejecución de Tupac Amaru Inca ante el llanto de los nobles andinos.

Quilca 529: Administrador de minas reales castiga a los caciques nativos con gran crueldad. 
Quilca 541: Viajero español maltrata a su cargador nativo.


En aquellos tiempos resulta inusual la aspiración del autor de publicar su manuscrito, de ahí que haya que prestar atención a este detalle. Esta actitud delata el deseo de Guamán Poma de hacer trascender su propuesta, por ello asume la vigorosa tarea de usar elementos y técnicas del registro propio del colonizador: la escritura. Revela aún mayor agudeza su deseo de transformar el manuscrito en un libro que pueda ser leído por un público amplio, su objetivo iba, pues, más allá de la presentación del documento ante el rey.

Guamán Poma estaba convencido de la importancia de la letra, es por ello que decidió asumir el desafío de narrar la historia de una cultura no familiarizada con la escritura alfabética. Su trabajo como secretario lo había convencido que la escritura constituía un instrumento de poder, entendiendo también a cabalidad la autoridad ejercida por el registro letrado que prevalecía en los siglos XVI y XVII en Europa. Una de las convicciones del colonizador era considerar la escritura como símbolo de civilización. En vista que un gran número de habitantes de las Américas no se encontraba en condiciones de leer, la escritura debió ser inicialmente usada con fines proselitistas, para catequizar, y fue traducida usando símbolos icónicos (imágenes con letras). De esta manera, el proceso de educación religiosa introdujo el respeto por las imágenes, a las cuales se fue vinculando la escritura, incluso si el público no tenía idea de su significado. Guamán Poma entiende este proceso y lo reproduce usándolo en contra del opresor. Así adquiere maestría en el manejo de las imágenes y las pone al servicio de su propia propuesta política, como lo demuestra su más conocida imagen que resume el diálogo entre el inca, quien interesado por la esencia de la presencia de españoles en sus tierras les pregunta: “Qué comen?”. La respuesta que el artista pone en labios de Candía es: “Oro comemos”.

Quilca 371: El Ynga pregunta al español qué come. El español contesta: «Oro comemos».

GVAINA CAPAC INGA, CANDÍA, ESPAÑOL
•/ Cay coritacho micunqui? [¿Es este el oro que comes?]
• Este oro comemos / en Cuzco /
•CONQVISTA
•/ Kay quritachu mikhunki? /


CONTINUIDAD DE GUAMÁN POMA EN EL SIGLO XXI: MIGUEL DET

¿Es posible hablar, cuatro siglos más tarde, de la vitalidad del ejemplo de Guamán Poma y de una continuidad de su obra?
A fin de responder a esta inquietud, hemos elegido al artista Miguel Det, seudónimo de Miguel Angel Vidal (1968). Conocido cantante y bajista de un grupo de rock subterráneo. Como talentoso artista gráfico inició su trabajo en las revistas Carne cruda e Inocente hecatombe. Miguel Det se define como un comunista anárquico. El 2000 participó en la elaboración de un clásico en el mundo gráfico peruano: Nueva crónica del Perú, una publicación que lo reunió con dos renombrados intelectuales peruanos: Pablo Macera y Santiago Forns. También trabajó como historietista oficial de Otorongo, suplemento de un conocido diario peruano, y de allí se retiró el 2011 tras un serio enfrentamiento con la dirección cuyas concesiones al depuesto gobierno de Fujimori le resultaron inaceptables. Durante el periodo de Alberto Fujimori, Det fue un activo crítico de las irregularidades de este gobierno, muchas de sus quilcas fueron elaboradas durante este tiempo. El 2011 publicó su Novísima crónica i mal gobierno.

Miguel Det, Novísima corónica i mal gobierno (2011): portada y contraportada corresponde a quilca sobre el periodo del segundo alanismo.


Analizar la posibilidad de continuidad entre las obras de Guamán Poma y Miguel Det, requiere concentrarse en algunos de los temas abordados a fin de demostrar que, pese a que los trabajos se sitúan en diversos momentos históricos y cronológicos, comparten similares intenciones políticas y usan similares estrategias discursivas, dando así continuidad a una línea rebelde y subversiva.

Quilca 708: Seis animales temidos por los indios de estos reinos: el corregidor, serpiente; el dueño español del mesón, tigre; el encomendero, león; el cura, zorro; el notario, gato; el cacique principal, ratón. 
Miguel Det, p. 110: Representan distintas facciones del capital políticos de mierda.


Por una parte, Guamán Poma presentó, a manera de contextualización, la historia de los periodos pre- inca, inca y colonial, antes de iniciar la importante segunda parte sobre sus quejas sobre el desgobierno, la fallida imposición de las instituciones hispanas y la explotación de la población indígena en el Perú. El trabajo de Det presenta similar estructura. Su Corónica consta de 16 capítulos: empieza con la presentación del origen del Universo y la creación de la vida, incluyendo los primeros pasos de los habitantes originarios del Perú. Describir la rica variedad del territorio nacional es para Det una oportunidad de empezar a plantear situaciones problemáticas. En el tercer capítulo, titulado “Naturaleza, tragedia y sociedad”, un detalle como la descripción de la geografía es motivo también para analizar las inundaciones, enfermedades y accidentes de tráfico, las contrapartes de una impresionante naturaleza. Confronta también al lector con preguntas sobre la responsabilidad de los hechos: falta de precauciones al enfrentar la impredecible naturaleza: ¿se debe a la pobreza o es el poder del dinero el que impone su voz por encima del aspecto humano? Siguiendo esta línea llega a la esencia de su trabajo que asimila su obra a la de Guamán Poma.


En segundo lugar, el ataque lanzado contra el discurso oficial. Guamán Poma redactó un manuscrito que describía un escenario completamente distinto al presentado por los textos de los cronistas oficiales de Indias. En el caso de Miguel Det su discurso también constituye una versión alternativa, que confronta al discurso oficial de la nación al exponer detalles silenciados y desenmascarar mentiras o verdades a medias usadas por el sistema a fin de ocultar problemas críticos.


Si los temas abordados por el manuscrito del siglo XVII se consideran ya impactantes -la descripción de los maltratos y humillaciones que sufría la población indígena y afro, las desmesuradas ventajas económicas de la administración criolla producto del aprovechamiento de sus funciones a escondidas de los órganos oficiales de control hispanos y una Iglesia actuando de espaldas a los preceptos básicos de su mandato- todo esto adquiere nuevas dimensiones con los dibujos agregados que brindan dramática certeza ante cualquier posible duda del texto. ¿Cómo puede Miguel Det conseguir un efecto equivalente en su Corónica? El desafío para este artista radica en lograr una descripción impactante de los abusos, las conductas erróneas o los tintes dictatoriales en el contexto de una sociedad dominada por los medios de comunicación.

Hay un importante detalle en el trabajo de Miguel Det, las imágenes -a diferencia de Guamán Poma- no sirven como un complemento del texto del manuscrito: su libro está basado sobre todo en los dibujos, lo complementario son los textos, que solo acompañan a las imágenes. El desafío radica entonces en la capacidad de expresión, en conseguir sintetizar en imágenes la complejidad de la información, en elegir la dosis adecuada de detalles impactantes y en distribuir estos elementos adecuadamente en cada viñeta. Este esfuerzo asimila la lucha de Miguel Det con la batalla de Guamán Poma por dominar la capacidad expresiva de un español que le resultaba insuficiente. Ante la carencia del idioma para expresar su manera de concebir el mundo, Guamán acude a las lenguas indígenas y finalmente a las imágenes para así transmitir su pensamiento con claridad. Miguel Det, por su lado, debe conseguir recrear el horror de ciertos temas, siendo las más desgarradoras probablemente las descripciones de la guerra civil de los años 80. Asesinatos, torturas, desapariciones y masacres deben ser presentadas con palabras claves que resulten suficientemente sólidas como para acompañar a las imágenes que resumen la magnitud de lo acontecido.

Imagen parte de la exposición «La Metamorfosis» sobre la obra de Miguel Det (Mitos y novelas en historietas) (Lima, marzo 2017): Sus familiares siguen buscándolos. Los  desaparecidos. Don diablo & Co. disponen: en caso de duda disparen a matar.

-Vengo a recoger a mi hijo Mamerto Huamaní… ayer una patrulla lo sacó de mi casa a la mala…
-¿Nosotros? Aquí no hay nadie  que se llame así. Mejor váyase.

-¡Ya ni lo busques, chola! Seguro se ha ido con los terrucos!

Sin culpa.
¡Soy inocente!

Cuartel Los Cabitos, Ayacucho. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!!! 1980’s.


Donde Guamán Poma generaliza sus acusaciones, Miguel Det no encuentra problema en mencionar nombres y apellidos de responsables políticos o militares, denunciando abiertamente incluso la complicidad de la Iglesia. Y si eso no fuera suficiente, en sus dibujos es posible reconocer a los perpetradores o guiarse por los lugares y fechas provistas en los textos informativos.

Miguel Det, p. 130: 70 mil desaparecidos, fosas comunes. Detalle: Jorge Trelles, vocero del fujimorismo, famoso por esta tácita aceptación de la política de asesinatos del gobierno fujimorista. Detalle: Martha Chávez, controversial figura histórica del fujimorismo aún presente en el parlamento.

La continuidad empieza a emerger en el trabajo de los artistas. Reconocemos a las víctimas tanto durante la opresión colonial y la explotación, como en la situación actual: aquellos engañados por el discurso oficial, las víctimas de la manipulación política y las multitudes afectadas por las falsas promesas. La población indígena del siglo XVII deviene en peruanos actuales comunes y corrientes; las acusaciones suenan diferentes pero las autoridades, los políticos, la Iglesia y los poseedores de tierras, empresas e instituciones aún parecen seguir monopolizando el poder. La pobreza, violencia, ausencia de oportunidades y la descomposición social, son el lado negativo del país que Miguel Det despliega ante los ojos del lector mientras nos parece leer a Guamán Poma expresando su desalentadora letanía a lo largo de su manuscrito: «Y no hay más remedio».


CRÍTICA Y ESPERANZA COMBATIVA PARA EL PERÚ ACTUAL


Resulta comprensible la actitud de Guamán Poma, él es un autor narrando en pleno Pachakuti: el final de su mundo ante la irrupción del opresor; pero en pleno siglo XXI y tras recorrer la presentación de la compleja y problemática sociedad peruana, ¿podemos encontrar una nota más esperanzadora en el libro de Miguel Det?


Si recorremos los capítulos titulados “Gentes de estas tierras”, “El arte de esta gente”, “La gente se organiza” o “Los peruanos creen” podemos observar la promesa que el artista presenta al destacar la creatividad popular y la ingente herencia cultural: danzas, tecnología, gastronomía, cultura popular.

Miguel Det, p. 126: Mala resaca, Alejandro Toledo.
•Se emborrachaba entre putas.
•El temido candidato enemigo de […] “pituquitos miraflorinos” [sic] acabó gobernando como un neoliberal […] sordo al clamor popular que pedía empleo y austeridad fiscal.

Encontramos no solo la comprobación de la existencia de estas categorías, que ya es ganancia proviniendo del desánimo del documento guamanpomiano, sino sobre todo la dinámica y práctica de las mismas. Vemos por ejemplo, en el capítulo denominado “Cómo celebran los peruanos”, las prácticas religiosas sincréticas, sólidas sobrevivientes de las tradiciones andinas (Quollor Riti y el Inti Raymi) algo que Guamán Poma consignaba en su manuscrito creyendo quizá que estaban condenadas a extinguirse. Este es así un momento de diálogo y encuentro entre ambos artistas.

Miguel Det, pp. 63 y  196.

Fiel a su estilo, Miguel Det encuentra siempre la manera de incluir una nota crítica, incluso en los aspectos más sutiles. Al describir, por ejemplo, el aspecto promisor del país presenta un canon alternativo, que emula al mismo tiempo que deconstruye la tradicional práctica oficial del «Quién es quién» en el olimpo cultural nacional. Su lista no siempre retoma nombres conocidos, sino que parece ser resultado de un intenso análisis sobre qué celebridades enorgullecen al peruano de a pie. Es así que encontramos al Señor de Sipán, al famoso arqueólogo Julio César Tello precedido de su célebre cita “La cultura peruana es autóctona”, a José María Arguedas, el novelista indígena, los artistas Martín Chambi, Víctor Humareda, Sérvulo Gutiérrez, José Sabogal, al ensayista José Carlos Mariátegui, al poeta César Vallejo hasta llegar al premio nobel Mario Vargas Llosa.

Quilca 258: Diciembre Qhapaq. Inti Raymi, Fiesta del sol. 
Miguel Det, p. 71: Fiesta del Sol.


Por otra parte, el lugar de enunciación, es un aspecto interesante en ambos trabajos, es decir, dónde se ubica el autor al producir su manuscrito y expresar su voz. Guamán Poma es un desconocido e inesperado productor de “cultura”; eso significaba en su tiempo la publicación de un manuscrito. El autor personifica a un miembro de las periferias que se atreve a elevar su voz usando canales formales, demostrando así la posibilidad de acción. Pero esto a la vez problematiza su situación, ya que dicha práctica lo transforma en un indígena letrado -un rol sumamente complejo en su tiempo- al mismo tiempo que cuestiona su condición subalterna enfrentándolo al conocido dilema planteado por la filósofa y crítica literaria india Gayatri Spivak.


En el caso de Miguel Det lo que constituye una peculiaridad no es tanto su procedencia indígena sino el espacio desde el cual emite su discurso. Siendo un personaje reconocido del ambiente artístico subterráneo, su voz ha sido siempre subversiva, desafiante, irrespetuosa. Sin embargo, cuando se publica La nueva crónica del Perú -un trabajo colectivo con representantes de la ciudad letrada nacional- su labor se transforma en un ataque formal, extrayéndolo del territorio periférico y posicionando la confrontación con el sistema en el mismo nivel. Al igual que Guamán Poma, Miguel Det ingresa al universo letrado oficial.


Por último, existe también similitud en cuanto a los objetivos de ambos artistas. Guamán aspira a aclarar las tendenciosas e insuficientes descripciones sobre los efectos de la colonización en la población indígena peruana, que se dispersaban generando impresiones erróneas. Miguel Det dirige su documento no tanto a las autoridades -ya que en este caso son ellas más bien las protagonistas- sino a la población sistemáticamente mal informada y continuamente bombardeada con datos erróneos o tendenciosos a fin de prevenir cualquier forma de criticismo. Guamán denunció la trilogía -Iglesia, encomendero y cacique- mientras que Miguel Det desenmascara los discursos de bonanza económica, productividad creciente y la imagen de un país próspero con una sociedad armoniosa. Su obra funciona como un recordatorio para la sociedad peruana, como un instrumento que aspira a combatir el olvido, sin presentar teorías elaboradas o análisis complejos y usando un lenguaje duro y callejero. Valiéndose de imágenes poco refinadas transmite su mensaje que es a la vez una pregunta: ¿está la sociedad peruana dispuesta a continuar siendo la víctima de un mal gobierno?


Es la dura realidad de una población aún empobrecida la que inspira a los artistas a seguir el ejemplo de Guamán Poma. Miguel Det no es el único, existe toda una corriente de émulos no solo del estilo del dibujante indígena sino sobre todo de su actitud rebelde: Lucho Rossell, historietista peruano autor de Nueva crónica del Perú siglo XXI (2000-2003); Alejandro Archondo, en Bolivia, autor de El facineroso #7; en Ecuador Fabián Patiño, participante de un proyecto sobre el futuro del país usando el estilo de las quillcas. A nivel internacional, el reconocimiento es oficial, la exposición Kritiek en compassie (Crítica y compasión), organizada por la embajada peruana en Holanda (2019) en honor a Guamán Poma, además de imágenes del manuscrito incluía trabajos de colectivos de grafiteros y otros artistas cuya obra se consideraba la versión moderna del estilo del cronista indígena.


Seguir a Guamán Poma se ha convertido así no solo en un gesto de lealtad hacia uno de los pocos cronistas indígenas autor de un documento rebelde en el siglo XVI, sino en la continuación de una tradición política de resistencia y rebelión en el mundo andino. La tarea de Felipe Guamán era reconstruir la imagen de la población indígena en medio de un contexto de destrucción, recuperar su voz y memoria ausentes de los documentos coloniales de su tiempo, su gesto contenía cierta desesperación ante la imposibilidad de influenciar el proceso colonizador o modificar lo que consideraba sería el final de su civilización. Sus seguidores retoman la tarea redefiniendo el otro aspecto del Pachakuti, que si bien es muerte también significa, al mismo tiempo, vida.


La última página del libro de Det consigna una imagen de la Nueva corónica de Guamán Poma, la mano del dibujante traza sus propios rasgos, mientras el texto aclara: “El cronista se dibuja a sí mismo”. Leemos también las palabras del dibujante en la página 200, “A ver si ahora me siguen ninguneando”, aludiendo de esta manera al hecho de que su obra ha conseguido no solo remontar el tiempo sino que se encuentra, en pleno siglo XXI, más combativa que nunca.

Miguel Det: pp. 191  y 185.


LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

Adriana Churampi Ramírez. “Who does a ‘literate native’ represent?”, Latin American Indian Literatures Journal. A review of American Indian Texts and Studies, 25 (2): 134-151.
Miguel Det. Novísima corónica i mal gobierno. Lima: Contracultura, 2011.
Felipe Guamán Poma de Ayala. El primer y nueva corónica y buen gobierno (1615-1616). Guamán Poma Website. Copenhagen: Centro Digital de Investigación de la Biblioteca Real de Dinamarca, 2020.
Mercedes López Baralt. Icono y conquista: Guamán Poma de Ayala. Madrid: Hiperión, 1988.
Gayatri Spivak. “Can the subaltern speak?”. En Bill Ashcroft, Gareth Griffiths y Helen Tiffin (eds.). The Postcolonial Studies Reader. Nueva York: Routledge, 1995: 24-28.

Adriana I. Churampi Ramírez es profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Leiden. Investiga las estrategias de (de)construcción y los cambios en la representación de «lo indígena» en narrativa, documentos coloniales e historietas sobre la zona andina. Es autora de Heraldos del Pachakuti. La Pentalogía de Manuel Scorza (Almenara, 2015).

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