Ineke Holzhaus
Ninguno
El radio de un kilómetro libera un círculo
alrededor de mi casa, que está en el corazón de la
envergadura, como se desliza veloz el cuerpo del busardo,
cuando extiende las alas, en medio de
los más de siete mil pasos que un contador
me mide en el bolsillo. Oh, tiempo mágico
de instrumentos que todo lo registran; computados
muertos y casi asfixiados en camas de hospital
me acompañan en la tierra hueca de árboles, mirlos,
grano y semanas sin haberse cruzado con ninguno.
Adentro
La casa cerrada, las manos limpias hasta las
axilas, la boca tapada con tela;
la respiración empaña la vista pequeña.
Por los resquicios invade la maldición del cataclismo;
locos bramando y sus comentadores que
derrotan el delirio, palabras falsas.
Ojalá la luz del sol queme a esos hombres,
que sople las cenizas hasta que vuelva el silencio.
Déconfinement
Ahora sí vendrán las cortadoras,
y la grama alta caerá como el corazón
brama. Aguileñas, nunca vistos lirios
de oro, nomeolvides, espadañas,
violetas cardos en flor, helechos con
rulos de bebé, descabezados, ahora el hechizo
se rompió, el silencio suspendido.
Las nubes pasan pero arriba
los motores ya se apuran volando, escucha
el viento viene hoy del norte.
* * *
Geen mens
De straal van een kilometer geeft een cirkel vrij
om mijn huis dat in het hart van de spanwijdte
ligt, – zoals het lijf van een buizerd vluchtig glijdt,
wanneer hij zijn vleugels spreidt, – te midden van
de ruim zevenduizend stappen die een teller
voor me meet in mijn broekzak. O magische tijd
van alles registrerende instrumenten; getelde
doden en bijna gestikten in ziekenhuisbedden
lopen mee in het holle land van bomen, merels,
graan en in weken geen mens tegengekomen.
Binnen
Het huis gesloten, de handen tot de oksels
gewassen, de mond met stof bedekt;
adem bewasemt het kleine uitzicht.
Door kieren dringt de rampvloek binnen;
bulderende dwazen en hun commentatoren
die de waanzin verslaan, valse woorden.
Moge zonlicht die mannen verschroeien –
hun as wegblazen tot de stilte weer invalt.
Déconfinement
Nu zullen de maaiers wel komen,
en het gras tot op hartshoogte zal vallen
in geraas. Akelei, nooit vertoonde lissen
van goud, vergeet-mij-nieten, lisdodden,
paarsbloeiende distels, varens met
babykrullen worden onthoofd, nu de ban
is gebroken, de stilstand teniet gedaan.
Wolken drijven over, maar daarboven
maken motoren al vliegende haast, hoor
de wind komt uit het noorden vandaag.
Traducción: Alejandra Szir
Ineke Holzhaus (Ámsterdam, 1951) es dramaturga, actriz, directora y poeta. Ha realizado puestas basadas en la poesía de Kavafis, M. Vasalis y Pablo Neruda, entre otros. En diversos festivales y en la biblioteca pública de Ámsterdam ha recitado y presentado autores. El paisaje de Le Berry (Francia), donde vive y trabaja parte del año, es un elemento importante en su poesía. Waar je was (Donde estabas, 2011), Meisje in het blauw (Chica en azul, cuentos, 2012), Bovengronds (Sobre la tierra, 2014), Blijven en weggaan (Quedarse e irse, 2016), Geef mijn vader (Dame mi padre, novela, 2018) son algunos de sus títulos. Ha sido traducida al afrikáans, italiano y al alemán, y galardonada con el premio Hofvijver Poëzieprijs (2015).