Daniela Martín Hidalgo
Hay un campo en la habitación.
Cuando duermo silba
bocarriba a las estrellas.
En el campo entonces
entra otro campo.
Entra solo quien pudo salir.
***
La gran playa del patio:
mar blanco y rocas de uralita.
Días hidrófitos, sillas plegables:
tiempo-balsa de aceite,
tiempo-calma chicha.
No estetizar.
La vecina se adormece a mi lado,
tripas a la espera de nada.
***
Fóllame pero no me beses:
besar contamina.
Mejor si nos hubiéramos quedado en casa,
solos sin abrazarnos como dijeron
autoridades muy competentes desde el principio.
***
Muerte-vida-muerte,
un partido sin jugadores que sigues,
comiendo palomitas los ojos fijos
en la pantalla del ordenador.
***
En el charco agua de charco:
reflejo de nubes.
Las tórtolas del patio se persiguen,
tres manos que intentan
elevar un globo en la ventana.
“Extraña”, mascullas,
“esta hambre de distancia en los pies.
¿Dónde dices que vivía el perro?».
***
De noche, mar de ventanas de la noche
y un problema que jamás existió.
Problemas pequeños en vidas pequeñas.
A esta hora los niños
se acuestan con hambre.
***
Decididos a contagiarnos hoy juntos,
vamos a meter un dedo, luego la lengua.
Lo que se rompe, la vida
pegada a los gérmenes.
La casa está siempre limpia
pero las aceras tienen manos.
Vamos a manosear el sudor y la saliva,
el desastre adorado, transmisible,
del contacto.
Daniela Martín Hidalgo (Lanzarote, 1980) es licenciada en Filología Hispánica (Universidad Complutense de Madrid) y master en Cultural Studies (Universidad de Leiden). Ha publicado los libros de poesía La ciudad circular (2003), Memorial para una casa (2003) y Pronóstico del tiempo (2015).