Almadura

Nike van Helden

 

Desde el lunes pasado hay una ola de protestas sin precedentes en Puerto Rico, donde una multitud que ya alcanza los miles, reclama la renuncia del gobernador Ricardo Roselló. El sábado pasado sucedió el ‘Ricky leaks’, cuando se hicieron públicos cientos de páginas del chat encriptado que Roselló compartió con algunos altos funcionarios de la isla. El chat estaba lleno de comentarios sexistas y homofóbicos y se hizo público poco después de que algunos funcionarios ligados a Roselló hubieran sido arrestados bajo sospecha de fraude y corrupción. Los participantes del chat han renunciado casi todos pero Roselló insiste en que no hizo nada ilegal. Se ha disculpado, pero no renuncia arguyendo que fue elegido por el pueblo.

 

Sus palabras recibieron una respuesta inmediata en la canción de protesta Afilando los cuchillos, grabada por Residente, Bad Bunny e iLe: “Si el pueblo entero quiere que te vayas, caradura. Y tú te quedas, entonces estamos en dictadura”. Junto con otros artistas, como Ricky Martin y Benicio del Toro, los tres están en medio de las protestas, y prestan sus voces para expresar la furia que ha estado creciendo en la isla desde el huracán María, el que devastó Puerto Rico en el 2017. La relación entre la rabia, los sucesos actuales y el impacto del huracán se hace explícita en la canción: “Tus disculpas se ahogan con el agua de la lluvia. En las casas que todavía no tienen techo”. La furia, no obstante, no solamente tiene que ver con el hecho de que todavía no se haya recuperado todo lo que se perdió con el huracán. En Almadura, el álbum de iLe que salió hace muy poco, la cantante establece una relación mucho más compleja.

 

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Foto: Chris Gregory, tomada del sitio web de iLe

Para iLe el viento y las olas del huracán no solamente destruyeron el país, sino que también acabaron con la posibilidad de ignorar la situación en la isla. En una entrevista con Billboard la cantante menciona la pasividad y la falta de conciencia histórica y política que antes veía en su país: «Congelado, paralizado, sin moverse, hipnotizado, con los ojos vendados, los oídos tapados, sin saber hacia dónde vamos», como canta en Sin masticar. Tal actitud, explica, simplemente no se podía mantener después de María.

 

Miles de personas abandonaron la isla después del huracán porque ya no veían forma de recuperar sus vidas anteriores. Los que se quedaron no tuvieron otro remedio que organizarse para enfrentar los problemas y poder seguir adelante. La necesidad contribuyó a generar una unidad que ahora aparece también en las protestas. Los artistas que encabezan el movimiento actual reiteran el mensaje de ignorar los colores de los partidos políticos y concentrarse en la furia que los une al pueblo. Esa furia va dirigida hacia la larga historia de corrupción en la isla, pero también hacia su dependencia persistente. Aunque la isla tiene su propio gobierno, Puerto Rico todavía forma parte de los catorce territorios no incorporados a los Estados Unidos. Poco después del huracán ya se escuchó el reproche de que los Estados Unidos estaban descuidando la situación en la isla, lo que hizo más evidente que nunca lo poco beneficiosa que resulta esta relación. El huracán hizo evidente el contraste entre la potencia y la dependencia de la isla. Visto desde tal perspectiva no sorprende que esta falta de autonomía esté en el centro de la disputa.

 

Aquellas imágenes de fuerzas destructivas, tanto naturales como sociales, se repiten en las letras del disco. Nos cuenta historias sobre fuerzas en lucha, ataques y defensas que encontramos en la constelación particular de nuestras batallas diarias y repetidas. Habla de la almadura, la armadura que construimos para proteger nuestros corazones, nuestras almas. El nombre del disco juega con la costumbre puertorriqueña de pronunciar las erres como eles y la música y las letras claramente remiten a Puerto Rico, aunque el tono del disco tenga un alcance universal. Deja espacio para asociar sus canciones con el contexto propio de cada oyente. Uno podría asociarlo perfectamente con otro huracán, Irma, por ejemplo, el que afectó Sint Maarten, isla que hasta hoy día forma parte del Reino de Holanda, un reino que es el que habito. Habla de nosotros.

 

Habla de nosotras. Pienso ahora en Temes, un bolero que rompe con el carácter romántico del género mismo, aludiendo al tema del feminicidio. Canta: «Si tú crees que yo sin ti no sobrevivo, ¿por qué me temes?». La vulnerabilidad de la mujer es un arma dentro de esta canción y cada pregunta señala otra inconsistencia en la narrativa del machismo. «Si tus celos me acuchillan por la espalda, y es mi culpa por haber estado sola, si tu ira me dispara en la cabeza, ¿por qué me temes?». La canción es un contraataque y aunque queda claro que está dirigido al machismo, el enemigo no se concreta. El enemigo no es «el hombre» sino un «tú», tus celos, tu ira. En el video, realizado por su hermana, vemos a iLe, tirada en medio de una calle oscura después de un acto de violencia. El hombre ya no está. Esta ausencia es típica del disco. Apunta, duele, lucha, pero no separa, no simplifica. De hecho, el único enemigo concreto que se ataca y castiga en el disco es el odio mismo: «Aunque le suenen las tripas, aunque después se arrepienta, al odio no se le alimenta, ni se le da de beber». En el video de Odio iLe está cantando en Cerro Maravilla al lado del memorial de Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado, «asesinados por querer vivir en un país libre» leemos en la dedicatoria del video. El mensaje es claro, pero igual que en Temes, no se trata del culpable, que queda lejos de la mirada. El otro está invocado, pero ya ha hablado, ya ha causado su daño. Probablemente no estaba esperando respuestas, igual que Roselló no esperaba respuesta a las ofensas que expresó en su chat privado, pero ahí estamos con aquella voz que no va a callar.

 

Desde que salió Almadura lo he escuchado en oleadas. Al despertar escucho los temas en mi cabeza, camino en la calle repitiendo los estribillos, saboreando las letras. «Con el coraje de frente, voy a ganar la batalla, hecha de viento y de playa, soy la ola que va a romper». Me gusta, me identifico con su imaginario tan ligado al mar. Isleña de tierras firmes, todo siempre tan firme y el agua ahí, llamando, invitando, amenazando.

 

Fue en Cuba que por primera vez oí hablar de Yemayá, la diosa del mar con carácter de mar: poderosa, movida, calma, completa. Diosa generosa y furiosa, que toma y da según le parece. Ya no puedo ver el mar sin pensar en ella. Cuando llego a la costa la saludo y le susurro mensajes en el viento. Me imagino que Yemayá me escucha y lleva mis palabras a Cuba, a Nueva York o, incluso, a Holanda, cuando estoy en mar ajeno. Me imagino cómo mi recado es arrastrado por las aguas, bambolea sobre la arena de la costa lejana, se lanza al aire y es llevado por una brisa rica y fresca, envuelve una cabeza familiar y querida, entra por la nariz, llena los pulmones y llega al corazón. Hola. Una conversación marina, de orilla a orilla entre almas distanciadas. Me pregunto si será por aquellas conversaciones marítimas, familiares, que la voz de iLe me llega desde Puerto Rico como una voz del mar. Una voz múltiple que a uno lo lleva o arrastra según las mareas.

 

El disco brota. Transmite una energía social, vital e independiente que anima e invita a mover, a no seguir la corriente, sino a determinarla. A creer en nuestra potencia: «Se alteran todas las formas, nada me es imposible, puede que de mí se escondan, porque yo soy invencible». Es la voz del mar. El mar que es autosuficiente, una fuerza natural, que no pide permiso, ni disculpas por lo que hace. Ya se anuncia en la primera canción: «Soy pensamiento indebido, grito de voz silenciada». A través de las canciones, el grito reclama su independencia, se autodefine y muestra cabalmente que está ganando fuerza. No permite que su fuerza se confunda con el odio o con las narrativas de otros. Habla por sí misma. Habla de lo que está sucediendo en Puerto Rico ahora. Y lo que nos enseña es que el mar no solamente mata y destruye, sino que también crea, da y cura. Y eso nos lleva a mi tema favorito en este disco: Curandera, capaz de resucitar a los muertos con su tono y ritmo generoso: «Tengo el agua pura y te vengo a limpiar, sacarte esos dolores pa’ que no vuelvan más». La cantante está en medio de la ola que ahora hace rodar a Puerto Rico, pero lo que aporta es agua bendita. Aché.

 

Nike van Helden (Nieuwerkerk aan den IJssel, 1983) nació en Holanda. Durante sus estudios en Leiden viajó a Cuba y nunca volvió a ser la misma. Está vinculada a la Universiteit Leiden, donde está trabajando en un doctorado sobre el tema de la autocensura en la literatura cubana de los sesenta. Recientemente ha contribuido a Door de schaduwen bestormd, publicado por Uitgeverij Oevers, sobre la polémica en torno a Lucebert.

 

iLe-Odio-Puerto-Rico-Foto: César Berrios, tomada de: https://beehy.pe/ile-odio-puerto-rico/

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