Daniel Bencomo
Si bien he vivido durante breves periodos de mi vida en Alemania y desde hace un par de años radico en el sur de tal país, no contemplo la posibilidad de escribir literariamente en lengua alemana, de la cual traduzco poesía desde hace más de una década. No obstante, al iniciar la primavera de 2021 ensayé un poema en alemán, quizá movido por el sol, por la lectura de Eichendorff y Werner Söllner, que me acompañaban esos días. Al madurar el verano y siguiendo la lectura de un ensayo sobre autotraducción de Irma Pineda, poeta mexicana de lenguas zapoteca y española, pensé en traducir aquel poema en alemán y reflejar gráficamente el proceso de convertir un texto propio en una versión propia, o impropia, pues la versión en español es en verdad y a todas luces mutante. El resultado cristalizó en Monoaural, un breve cuadernillo hecho a mano y en low-definition, que documenta este proceso y en el que los textos en alemán y en español, junto con las partículas gráficas, forman una unidad policéfala y, desde mi perspectiva, ya inseparable. Lo hice en el marco de un taller de libro de artista que ofreció Claudia de la Torre, artista mexicana, en Mannheim. Para ello utilicé imágenes propias, retazos de verso en alemán y en español y pasajes de un texto más amplio llamado «fragmentos sobre traducción y calabazas hokkaido». Aquí pueden leerse los poemas y, en la parte inferior, puede verse una digitalización de Monaural.
Kopfdrehung
Meine Stimmbänder haben es nicht gelernt:
Stieglitz. Entsorgungsverfahren der Morgenröte,
zum Beispiel. Meine Stimmbänder
sind anders elastisch. Anders gefiltert
der Stamm, die Rinder, der Verbrauch
der Gewässer. Roh, rau, die Betonung
anderer Körper in anderen, Mineral-
formationen
zwischen Zahnfleisch und Traumzement.
Traumsortiment und –schmuggel
kommen oft vor aus anderen Stimmen
optimiert durch die Reibung mit den Erdentiefen.
Drehe ich den Kopf dann höre ich monaural
Seelöwen. 90 Grad drehe ich ihn noch
dann höre ich Schweinswal, Kalifornien
Kugelfragmente, lo-fi.
Rotar la cabeza
No, mis cuerdas no lo aprendieron: vocales,
jilgueros, o dónde tirar el rojo del alba
para ser reciclado. Es un ejemplo. Mis cuerdas
vocales se estiran distinto. Filtran a otra malla
los troncos, las reses, la fuga
de mantos freáticos. Krill, crudo, el énfasis
de otrxs en otros cuerpos, depósitos
minerales
se extienden entre la encía y el concreto del sueño.
Tráfico en la línea fronteriza de quien duerme, gamas,
tímpano de cérvido que llega de otras voces
calibrado en la fricción de extrañas tierras.
Si roto la cabeza: recojo el halo monoaural
del león marino. Noventa grados más la giro
para escuchar California, vaquita marina en estéreo,
fragmentos de bala, su tono lo-fi.
Monoaural, ruta de autotraducción (visualizador tipo revista)
















Daniel Bencomo. Nació en San Luis Potosí (México) y actualmente vive en Rheinland-Pfalz (Alemania). Ha publicado siete libros de poesía, entre ellos La mutación de Lo en Lo (Cuadrivio 2018) Espuma de Bulldog (Luzzeta, 2016), Alces, Rejkyavik (Libros Magenta-Conaculta, 2014) y Lugar de residencia (Tierra Adentro, 2010). Como traductor de poesía de lengua alemana ha publicado los libros Canon previo a la huida, de Tom Schulz (Cuadrivio, 2015); La calma entre el cero y el uno (Bonobos Editores, 2015) de Björn Kuhligk; y Últimas noticias de la zona aleatoria (Posdata Editores-UANL, 2018), de Ron Winkler; además, ha traducido poemas de Monika Rinck, Ingeborg Bachmann, Friederike Mayröcker, Hugo Ball y Hans Arp, entre otros. Lleva el blog bencomodaniel.wordpress.com